“…En un estado parecido debió encontrarlo Escipión en el 134 a. C., quien valorando la inmejorable posición y el espacio amplio de que disponía para albergar sus tropas, pudo aprovechar selectivamente las ruinas anteriores y emplear la abundante piedra procedente de las antiguas estructuras desmanteladas para erigir su propio recinto, que reproduciría a grandes rasgos el precedente. En el único espacio donde se apreciaría claramente la obra escipiónica sería en el llamado Anexo (Campamento VI para Dobson), erigido No obstante, sin negar en ningún momento la construcción de Renieblas III en época de Nobilior, ni la datación sertoriana de Renieblas IV y V, que se ve confirmada por recientes hallazgos (Luik, 2002a;Gómez-Pantoja y Morales, 2002;Morillo et alii, 2017: 194), tal y como hemos ido apuntando a lo largo de estas páginas siguen existiendo contradicciones y aspectos no resueltos en la secuencia de ocupación de este complejo yacimiento, que tal vez nunca puedan resolverse.…”