Resumen-En el año 1955, se publica la obra póstuma de Emil Kaufmann (1891-1953), en la que el historiador, en plena mitad del siglo XX, señala la fecha de finales del siglo XVIII como preludio de la modernidad. Con gran acierto, plantea una recuperación de la teoría de la arquitectura, y cataloga con extrema agudeza a Boullée como arquitecto moderno y revolucionario, cuya arquitectura antiornamental supone un planteamiento totalmente renovador de la geometría, ya que establece la modernidad de la arquitectura francesa, introduciendo un cambio en el tamaño descomunal de los edificios. De igual forma, se establece cómo la geometría clásica de Kahn surge como una transferencia recibida de La Ilustración, como una arquitectura clásica, atemporal, basada en el descubrimiento de masa; de ruina; de la herencia recibida de su cuaderno de viaje y del hallazgo de la ciudad de Roma en Estados Unidos, que se plasma en una serie de edificios, que se muestran como monumentos, y que permanecen exactamente en el mismo emplazamiento, enclavados en la misma naturaleza durante siglos, en una geometría de indetenible quietud donde manda el silencio. En este artículo se analizarán los edificios más representativos del arquitecto Louis I. Kahn, y su relación con la geometría de Boullée, lo cual supone el descubrimiento, por parte de los investigadores, de la geometría clásica de Kahn. El análisis de ambas geometrías desembocará en la contribución de una serie de comparaciones, de analogías, de contradicciones, cuyos resultados confirmarán de manera positiva o negativa el establecimiento de la geometría moderna de Boullée frente a la geometría clásica de Kahn.