KEY WORDS: Cajal's School, exile, histopathology, neuropsychiatry, Mexico. RESUMEN: En el presente trabajo se aborda la proyección que tuvo la escuela histológica de Cajal en México. En primer lugar, se analiza la atención que despertó en los científicos mexicanos el renacer de la ciencia española y en particular los trabajos de la escuela cajaliana. Se estudia también el papel que desempeñó en su difusión Tomás Gutiérrez Perrín, histólogo vallisoletano afincado en México, discípulo de Cajal y catedrático de Histología en la Escuela Nacional de Medicina. Finalmente, se valora la contribución de los exiliados republicanos, entre los que figuran varios discípulos de Cajal, como Isaac Costero y Dionisio Nieto, quienes al reanudar sus investigaciones histopatológicas y neuropsiquiátricas en México, dieron continuidad en este país a la prestigiosa escuela de Cajal.PALABRAS CLAVE: Escuela de Cajal, exilio, histopatología, neuropsiquiatría, México.
LA ESCUELA DE CAJAL, UN MODELO DE INVESTIGACIÓN EN EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIOPocas figuras de la ciencia española gozan del prestigio universal de Santiago Ramón y Cajal . Se trata de un reconocimiento que, obviamente, se sostiene en una labor de investigación de primer orden que revolucionó la biología y la medicina, al descubrir los mecanismos que rigen la morfología y las conexiones nerviosas, y diseñar técnicas micrográficas que permitieron un notable avance en el estudio de las células y los tejidos. En efecto, sus aportaciones en el campo de la histología son de suficiente calado como para haber merecido, entre otros muchos galardones, el premio Nobel de Fisiología y Medicina (en 1906), que compartió con el italiano Camillo Golgi. Con todo, en el México posrevolucionario despertó una veneración que va incluso más allá del reconocimiento que pudiera derivarse simplemente de sus contribuciones: se convirtió en la imagen paradigmática de científico, el maestro admirado cuya vida austera y disciplinada, entregada a la ciencia, constituye un modelo para jóvenes y adultos.Es probable que esta admiración se deba en parte a la proximidad cultural de esta nación con España, sobre todo tras la Revolución, que inició un proceso de reformas sociales, educativas y sanitarias que partían de un ideario muy cercano al que asumiría la Segunda República; también, sin duda, al hecho de que Ramón y Cajal desarrollara toda su carrera en un país con escasos recursos científicos, a base de tenacidad, precisión, ingenio y sobre todo una buena metodología de trabajo (un "obrero infatigable del microscopio"). En cierto modo, su ejemplo abría la esperanza a los profesionales de países con un desarrollo científico discreto de poder llevar a cabo una labor de investigación de gran calidad. Su nombre se convirtió en bandera del