En el marco de los debates sobre la calidad de la democracia y la participación ciudadana, en el presente trabajo se aborda el análisis de los procesos de digitalización y la explosión de la importancia que se le da en la actualidad al uso de datos para la toma de decisiones tanto personales como colectivas. Si bien las tecnologías abren un gran abanico de posibilidades que le permite a la ciudadanía digital la obtención de información, además de novedosos canales de interacción entre los mismos ciudadanos y estos con el gobierno, habría que observar el otro lado de la moneda para no quedarnos en el análisis idílico de los procesos. En este sentido, la gran disponibilidad de información que la ciudadanía tiene en la palma de su mano, también nos está orillando a fenómenos como el de la infocracia, en el que se pierden espacios deliberativos que permiten el enriquecimiento y pluralidad de ideas. En lugar de la deliberación, se observan procesos de cerrazón, falta de reconocimiento al otro y la cada vez más común construcción de ideas y creencias alejadas de la verdad, aspectos que van degradando a la democracia.