“…Tal es el caso de Scully y Valenzuela (1993), y posteriormente de la influyente contribución de Valenzuela (1995), quienes infieren un "alto grado de continuidad" del sistema de partidos en Chile a partir de una notable permanencia de las orientaciones del electorado, mediante "correlaciones observadas entre los resultados electorales" a nivel de comunas "de 1988 y 1989, y los de 1969, 1970y 1973" (Scully y Valenzuela, 1993; para un análisis que extiende el estudio a nivel comunal hasta 1992, cf. Valenzuela, 1995). Si bien esta conclusión es alcanzada a través de una astucia metodológica, productora de resultados artefactuales, la cual consiste en hacer como si las coaliciones de partidos existentes en 1969, 1970 y 1973 fuesen aun electoralmente pertinentes en la década del 90, Scully y Valenzuela no cuestionan la naturaleza de los clivajes que originan tanto a los partidos políticos chilenos como al sistema que éstos conforman.…”