Quién es incluido y cuándo son cuestiones de larga data en el estudio de la democratización en perspectiva histórica. América Latina —al igual que las democracias industrializadas— siguió un proceso gradual de inclusión formal, extendiendo el voto a grupos específicos mediante reformas separadas. Esta forma de inclusión siguió lógicas políticas sobre cómo los nuevos votantes podrían alterar los patrones de elección de cargos y el balance de poder entre los partidos políticos existentes, buscando minimizar los grados de incertidumbre. Al mismo tiempo, esta manera de incluir cada grupo por separado da cuenta de cómo las categorías sociales fueron construidas y politizadas. Este artículo se centra en este último aspecto, analizando cómo las sufragistas en Chile y Perú veían su propia inclusión y la de otras categorías en los ejes de género, clase y etnia. El análisis muestra que la mayoría de las feministas de la primera ola enfatizaban la necesidad de un cierto nivel de educación para la ciudadanía, aceptando el requisito de alfabetización para el ejercicio del voto. En términos de etnia, en Chile el mito de una nación homogénea en términos limitó la asociación entre el requisito de alfabetización con la exclusión de los pueblos indígenas. En Perú, tal vínculo era claro y algunas voces cuestionaron la exclusión de los indígenas. En su conjunto, el artículo muestra la importancia de los discursos dominantes y los contextos nacionales en la concepción de las sufragistas respecto a la relación entre la inclusión o exclusión de distintos grupos.