IntroducciónLa utilización de implantes dentales con la finalidad de sustituir dientes perdidos es, a largo plazo, un tratamiento eficaz y seguro, dada la alta predecibilidad de la oseointegración. Actualmente los implantes se colocan donde la rehabilitación lo exija. En todos los casos la disponibilidad ósea, es uno de los motivos de preocupación del clínico al momento de la colocación de los implantes. Las diferentes zonas de ambos maxilares presentan sus propios desafíos para la colocación ideal del implante. La presencia de hueso en altura y ancho suficiente, así como también su calidad, son fundamentales para la correcta inserción de los implantes, capaces de soportar una prótesis dental.Al presente taller le correspondió evaluar la zona posterior maxilar. El maxilar posterior tiene naturalmente baja altura del proceso alveolar, anatómicamente limitada por el seno maxilar. Las raíces de los molares están muy relacionadas con el piso del seno maxilar. En el centro de la cresta alveolar, se encuentra la región de trifurcación radicular, sitio ideal desde punto de vista protético para la instalación del implante, y donde se encuentra la menor altura de hueso del piso del seno. Lo mencionado hace, que la instalación de implantes de dimensiones estándar después de la pérdida de dientes en ésta región, sea limitada. Los procesos de resorción resultantes de dicha pérdida, común a todas las regiones del proceso alveolar pueden agravar esta situación. La neumatización del seno maxilar, debido al aumento de la actividad osteoclástica a lo largo de la membrana sinusal y la ausencia de la "barrera" dentaria a los cambios de presiones aéreas sinusales puede afectar la morfología de este sitio. Estas condiciones determinan un desafío anatómico para el tratamiento del maxilar edéntulo posterior utilizando implantes dentales.Las técnicas de reconstrucción de los defectos del reborde alveolar residual con procedimientos de injerto de hueso autógeno tienen resultados predecibles, que se describen en la literatura. Una explicación de sus buenos resultados es el hecho de no tener reacciones inmunes que puedan interferir con el proceso de remodelación y desarrollo del tejido. Tienen intrínsecamente a los osteoblastos y los factores de crecimiento responsables de los cambios celulares que se producen después de la implantación y que culminan en la remodelación y la formación de hueso en ese sitio 1 . Su desventaja, es la necesidad de un área quirúrgica adicional donante que puede ser de ubicación intraoral, en los casos en que la necesidad de reconstrucción sea pequeña, o extraoral en los casos de medianas o grandes reconstrucciones. En la década de 1980, se han descrito técnicas de injerto de hueso en el seno maxilar con el fin de resolver el problema de la falta de hueso y permitir la colocación del implante. Una de las técnicas descriptas es la cirugía para levantar el suelo del seno maxilar, conocido por su nombre en inglés -Sinus Lift (2,3) . Diversas alternativas a la técnica y diferentes tipos de injertos y biomateriales ...