“…Los sistemas de Goodenough-Harris (Harris, 1991) y el de Koppitz (2002) han recibido críticas como medidas de funcionamien to intelectual, fundamentadas en los resultados de los estudios de validez de estos tests, que han encontrado índices de correlación entre bajos y moderados con otros tests de inteligencia y un bajo poder predictivo del rendimiento académico de los niños (Abell, Von Briesen & Watz, 1996;Aikman, Belter & Finch, 1992;Motta, Little & Tobin, 1993;Scott, 1981;Ter Laak, de Goede, Aleva & Van-Rijswijk, 2005). A pesar de estas críticas, el interés por el uso de esta técnica en la prác-tica de la evaluación psicológica continúa vigente, prueba de ello es que en los últimos años han surgido nuevos sistemas de puntuación, con el objetivo de actualizar y revisar las versiones de Goodenough-Harris y de Koppitz (Maganto & Garaigordobil, 2009a;Naglieri, 1988;Reynolds & Hickman, 2004;Sisto, 2006;Wechsler, 1998).…”