“…Es lo que en otros sitios hemos llamado organicismo inmunitario 36 : el cuerpo vivo del Estado (que, como todo ser biológico, nace, se desarrolla, puede reproducirse, enfermar o morir) ha de quedar a salvo frente a cualquier peligro de contagio. Es por ello que la característica principal de este organicismo inmunitario La condición de pura humanidad que exhibían fue la consecuencia de las leyes de deshumanización que el nazismo impulsó, pero que traían causa de unos dispositivos biopolíticos que ya habían sido utilizados por Estados Unidos o Francia años antes 39 . Lo paradójico es que sus lugares de refugio, aquellas democracias que luchaban precisamente contra el nazismo, mantuvieron tal condición, dando así validez a las leyes nazis, haciendo que traspasaran las fronteras del III Reich.…”