“…La presencia de trabajadores transfronterizos en el norte de México se remonta a finales del siglo xix, cuando ante su rápida expansión ciudades estadounidenses como El Paso empezaron a reclutar a trabajadores mexicanos (Herzog, 1990). Hasta la década de 1920, los mexicanos que residían a lo largo de la frontera podían transitar libremente entre los dos países, no obstante, las dificultades económicas y la falta de trabajos llevaron a que el gobierno de Estados Unidos cambiara su política migratoria y estableciera la ley de inmigración de 1924, en la cual se les exigía a los commuters mexicanos una visa de inmigrante forma 1-151, 551 o que tuvieran una green-card o la residencia permanente (Estrella Valenzuela, 1993). A mediados del siglo xx, diversas ciudades fronterizas del sur de Estados Unidos dependían de trabajadores mexicanos para satisfacer parte de sus necesidades laborales (Herzog, 1990).…”