“…Otros estudios han señalado que la atención plena se vincula con actitudes más positivas de los líderes hacia los subordinados (Reb et al, 2014), reducción de la rumiación, autorregulación y emoción negativa (Long y Christian, 2015), mejor comunicación, reducción de conflictos, disminución de la reactividad emocional y mayor compasión y empatía (Quaglia, Goodman y Brown, 2015), así como una optimización en la comunicación social y emocional (Wachs y Córdova, 2007), mayor cohesión y trabajo equipo (Cleirigh y Greaney, 2014), y gestión positiva de los conflictos (Galinsky, Maddux, Gilin y White, 2008). También ayuda a la disminución del burnout laboral (Flook, Goldberg, Pinger, Bonus y Davidson, 2013), del estrés percibido (Roeser et al, 2013), de los estados de ánimo negativos (Roche, Haar y Luthans, 2014), y genera una mejora en los patrones de sueño (Hülsheger et al, 2014), mayor satisfacción y menos agotamiento en el trabajo (Hülsheger et al, 2013).…”