“…Dentro de las diversas técnicas de meditación, la respiración es un ejercicio imprescindible: la meditación mindfulness (Gómez et al, 2019), el taichí chuan (Pan et al, 2018), las variantes del yoga (Della Valle et al, 2020;Huang, Chien, y Chung, 2013;Ortiz et al, 2019), el qigong (Dorcas y Yung, 2003;Oblitas et al, 2018) y la meditación vipassana (Krygier et al, 2013), por mencionar algunas. Cuando se controla la respiración, el oxígeno da más capacidad funcional al cerebro, mejora la termorregulación y la presión arterial, de tal manera que incrementa la capacidad de respuesta a estresores, la ansiedad y depresión, en comparación a una respiración agitada (Ortiz et al, 2019;Vázquez, Preciado, Franco y Sandoval, 2011).…”