Mi más sincero reconocimiento y gratitud se dirige, en primer lugar, a los Directores de esta tesis, Dr. Carmen Andrade Perdrix y Dr. Jesús Rodríguez Santiago, cuya experiencia, consejo y dedicación han permitido que este trabajo llegue a buen término. A Carmen Andrade querría agradecerle no sólo compartir conmigo una pequeña parte de sus vastos conocimientos en el campo de la corrosión de armaduras, sino especialmente, transmitirme su pasión por la investigación. A Jesús Rodríguez le debo su constante apoyo durante los últimos años de mi carrera de arquitectura y mis primeros años en el mundo laboral, así como su asesoramiento durante el largo periodo de elaboración de esta tesis. Sin sus conocimientos en el campo del hormigón estructural, esta investigación no hubiera sido posible.Un reconocimiento especial lo reservo para la Dr. Beatriz Martín-Pérez, cuya implicación en el desarrollo de este trabajo, más allá de cualquier obligación, la convierten por derecho propio en la tercera directora de esta tesis. A Beatriz Martín-Pérez le agradezco sinceramente su cálida acogida en un país y universidad desconocidos, durante mi estancia de dos años en la Universidad de Ottawa, y su impagable apoyo en el desarrollo del modelo analítico de esta tesis, gracias al cual esta investigación ganó en calidad, coherencia y solidez.Me gustaría agradecer a la financiación aportada para la realización de esta tesis, sin la cual no hubiera sido viable, tanto por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), mediante su beca predoctoral JAE-PREDOC, como por la Comisión Europea, mediante su beca predoctoral NOVA DOMUS, del programa ERASMUS MUNDUS, que permitió mi estancia en el