Se analiza el abordaje en prensa de dos de los momentos públicos de lapolémica alrededor del libro infantil Cocorí, como evidencia de la relación entre productos culturales, racismo (misógino) y nacionalismo costarricense. El debate permite la cohesión de una comunidad (imaginada)blanca y patriarcal. En el espacio de la prensa, el discurso hegemónico traslada la condición de víctima no solo al personaje de ficción, al autor o la obra, sino hacia los mismos valores y privilegios de dominio epistemológico y supremacía del grupo mayoritario. En defensa de todos ellos, las publicaciones descalifican además la experiencia y opiniones de quienes señalan el carácter racista del texto, particularmente, mujeres negras. La revisión de la discusión sobre Cocorí durante el 2003 y el 2015 sugiere que no existe una variación significativa entre la postura de las instituciones culturales y educativas, intelectuales, académicos y la opinión pública en una década de aparentes avances en normativa antirracista y multicultural. La misma polémica advierte, finalmente, los límites de la participación política de mujeres afrocostarricenses cuando ello implica el cuestionamiento de los imaginarios nacionales.