La Música es una de las expresiones culturales más importantes de los seres humanos, en tanto que manifestación intrínseca de su creatividad, emoción, sensibilidad y belleza. Además, la música no es solo una forma de manifestación humana, sino que permite la construcción de identidad en la medida en que los individuos se reconocen como parte de un contexto y una comunidad específica; de esta forma, la música puede tener implicaciones en la configuración social y cultural, a la par que efectos económicos en los territorios. El objetivo de este artículo de reflexión es plantear la música como una necesidad humana en base a cuatro dimensiones que la configura y contribuyen a la transformación socioecónomica de los territorios, estas son: Desarrollo Cognitivo, Valor Social y Cívico, Estética del Ser y el Auto-reconocimiento. Como complemento a estas reflexiones se incluyen algunos datos de la Encuesta de Consumo Cultural en Colombia, que evidencian el comportamiento de la población frente a las actividades musicales. En conclusión, la formación y la práctica musical son valiosos instrumentos de intervención que contribuyen a mejorar el bienestar de las comunidades.