Southern Central America played a key role in the continent-wide transition to the Neolithic and the transmission of its culture between South and Mesoamerica. Nevertheless, there has been a notable decline in linking processes within this region to contemporary developments in the rest of the continent. Here, there are early indicators of the Neolithic, besides evidence of the movement of cultigens and likely information about pottery manufacturing towards the other continent. Using a co-adaptive framework, I examine the social and ecological changes during the Archaic and Early Formative American Neotropics and adjacent regions, highlighting surprising networks that moved plants, goods and cultural systems during these periods. I focus mainly on the behaviors that link humans with their natural environments, beyond mere social changes occurring at the level of the producer. Finally, I present a Bayesian analysis of 161 radiocarbon dates from 39 sites in Costa Rica and Panama from the Late Archaic through the Middle Formative. These methods can identify anomalous dates and generate probability distributions regarding chronological questions about eight different material culture complexes: In Tilaran-Arenal, Fortuna* and Tronadora; in the Costa Rican Atlantic Watershed, La Montaña, in Gran Chiriquí, Talamanca*, Boquete* and Black Creek; and in Gran Coclé, the Preceramic B tradition and Monagrillo (archaic assemblages denoted with an asterisk*). I argue that there exists evidence for the early presence of ceramic from 4840-4144 BC cal, representing a correction to the established chronology of 1000-3000 years. Early ceramic complexes commonly interpreted as Formative coexisted with Archaic-period assemblages for hundreds, if not thousands of years before the abandonment of archaic-style complexes. Therefore, the presence of ceramics is not a sufficient marker of social processes commonly associated with the Formative. Resumen: El Sur de Centroamérica jugó un papel crucial en la transición al Neolítico y en la transmisión de la cultura neolítica entre Sudamérica y Mesoamérica. A pesar de ello, se ha disminuido la relación de procesos en esta región con el resto del continente. Aquí se encuentran tempranos indicadores del Neolítico, evidencia del tránsito de cultígenos y probable información sobre alfarería hacia el otro continente. Examinando los procesos sociales y ecológicos durante el Arcaico y Formativo temprano en el Neotrópico Americano y regiones aledañas desde una perspectiva co-adaptiva, destaco la sorprendente movilidad de plantas, bienes y sistemas culturales durante estos periodos. Me enfoco en los comportamientos que vinculan a los humanos con sus ambientes, más allá de los procesos sociales a nivel productivo. Un análisis Bayesiano de 161 determinaciones radiométricas de 39 sitios en Costa Rica y Panamá, desde el Arcaico tardío hasta el Formativo medio, permite identificar las determinaciones aberrantes y generar distribuciones de probabilidad sobre cuestiones cronológicas para ocho diferentes complejos: en Tilarán-Arenal, Fortuna* y Tronadora; en el Vertiente Atlántico Costarricense, La Montaña; en el Gran Chiriquí, Talamanca*, Boquete*, y Black Creek; y en el Gran Coclé, Preceramic B* y Monagrillo (complejos arcaicos marcados con asterisco*). Argumento que existe evidencia de la presencia temprana de alfarería desde 4840 - 4144 a.C. cal, representando una corrección en la cronología establecida de 1000-3000 años. Los complejos cerámicos frecuentemente interpretados como Formativos coexistieron con los complejos Arcaicos durante cientos, sino miles, de años antes del abandono de complejos asociados con la caza-recolección. Así, la presencia plena de alfarería no puede considerarse como un marcador de los procesos sociales asociados con el periodo Formativo.