“…Las ventajas del uso de materiales nanoestructuradas se hacen patentes en los trabajos de Quin et al y González et al [45,68]: el primero de ellos emplea diseños basados en nanocanales en W para retrasar la formación y crecimiento de burbujas de He en el material [45], mientras que el segundo se sirve de inclusiones de nanotubos de carbono en Ni para conseguir un efecto similar [68]. Debido a estas ventajas, recientemente se han comenzado a estudiar las nanopartículas (NPs) y su comportamiento ante la irradiación [44,69], llegando a desarrollarse recientemente materiales muy atractivos debido a su baja densidad, elevada porosidad y nanoestructuración, como pueden ser las nanoespumas [70,71] y, más concretamente, las nanopartículas huecas (hNPs) [72]. El elevado interés que generan tiene su base, principalmente, en los diversos métodos de síntesis existentes, que dan lugar a distintas composiciones, configuraciones, tamaños y formas [73][74][75][76][77][78][79], destacando de entre estas estructuras las nanoesferas huecas, compuestas por una corteza delgada que rodea la cavidad interior, vacía, debido a las ventajas que presentan, entre las que pueden destacarse la mejora de su estabilidad mecánica, fruto de la combinación de fuerza y flexibilidad [80][81][82][83], o el incremento de la cinética de eliminación de defectos [84,85], lo que las dota de gran interés para diversos campos, desde aplicaciones energéticas a médicas [86][87][88][89][90][91][92][93].…”