Introducción: a nivel mundial, cada año cerca de 300.000 niños entre 0 y 19 años son diagnosticados con cáncer. El porcentaje de supervivientes va en aumento, llegando a 80 % en países desarrollados y 60 % en América Latina. Sin embargo, la expectativa y la calidad de vida de estas personas pueden verse comprometidas ante el desarrollo de cardiotoxicidad, un efecto adverso asociado al uso de algunos agentes antineoplásicos, como los antracíclicos.Objetivo: resaltar los aspectos clínicos relevantes para la prevención, detección oportuna, tratamiento y seguimiento de la cardiotoxicidad secundaria a la administración de antraciclinas durante la infancia.Síntesis de contenido: reflexión teórica que presenta consideraciones clínicas relevantes para guiar las acciones de enfermería y del equipo multidisciplinario en la atención y el cuidado de la salud cardiovascular de los supervivientes de cáncer a cualquier edad. Es importante destacar que en población pediátrica la única estrategia efectiva de prevención primaria para cardiotoxicidad por antraciclinas es la administración de dexrazoxano, mientras que la prevención secundaria debe incluir detección oportuna, control y seguimiento de las alteraciones de la función cardíaca y de los factores de riesgo cardiovascular. Por su parte, la prevención terciaria se centra en el control de la enfermedad y el manejo farmacológico. Conclusiones: no existe un tratamiento estándar para la cardiotoxicidad inducida por quimioterapia o radioterapia, siendo el objetivo principal de este tipo de tratamientos prevenir o retrasar la remodelación del ventrículo izquierdo. Todos los supervivientes requieren seguimiento vitalicio y búsqueda activa de signos de cardiotoxicidad, siendo fundamental la acción conjunta de diferentes profesionales y la consolidación de los servicios de cardio-oncología.