“…Frecuentemente, en las ciudades estudiadas se evidencia una relación directa entre las concentraciones de NOX y CO, debido a que estos gases son emitidos directamente por el parque automotor, e inversa entre los niveles de ambos contaminantes y la concentración de O3 troposférico, pues estos funcionan como sus precursores (Roberts-Semple et al, 2012;Kovač-Andrić et al, 2013;Tumwitike et al, 2014;Kalbarczyk et al, 2015;Szep et al, 2016;Wang et al, 2019). La temperatura del aire y la radiación solar suelen tener una relación directa con las concentraciones de O3 troposférico e inversa con las de NOX y CO, ya que tales parámetros meteorológicos fomentan las reacciones de formación del O3 troposférico y, por lo mismo, el consumo de sus precursores (es decir, de contaminantes como los NOX y el CO) (Ocak & Turalioglu, 2008;Kalbarczyk et al, 2015;Szep et al, 2016;Gasmi et al, 2017). Asimismo, es común observar una dinámica opuesta entre la humedad relativa y estos gases en comparación con la de la temperatura del aire, puesto que la humedad relativa suele disminuir conforme la temperatura del aire asciende (Wallace & Kanaroglou, 2009); y dado que niveles altos de humedad relativa suelen indicar una alta inestabilidad atmosférica, alta abundancia de nubes y mayor intensidad de deposición húmeda, lo cual se relaciona a su vez con menores niveles de O3 troposférico (Liu et al, 2020;Zoran et al, 2020).…”