“…En la revisión se reportan diversos instrumentos para medir dicha intensidad, siendo el Inventario Breve de Dolor (BPI, por sus siglas en inglés) el instrumento más utilizado (Al-Atiyat et al, 2018;Bai et al, 2018;Barrett et al, 2017;Li et al, 2017;Liesto, 2020;Lin et al, 2020;Mendoza et al, 2018). Por otro lado, los instrumentos que más se emplearon para evaluar las variables relacionadas con la intensidad del dolor fueron el Cuestionario de Calidad de Vida de la Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC QLQ-C30) (Calderon et al, 2019;Costa et al, 2017;Decoster et al, 2019;Kang y Choi, 2019;Mu'taz y Hamdan-Mansour, 2016); el BPI (Expósito et al, 2020), el CSS (Rodriguez et al, 2019); el PROMIS (inferencia del dolor) (Schreier et al, 2019); la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS) (síntomas de ansiedad y depresión) (Kang y Choi, 2019;Khemiri et al, 2019;Liesto, 2020); el EuroQOL (Drury et al, 2017) y el Cuestionario EQ-5D-5L (autoevaluación de la salud) (Mendoza et al, 2018); la Escala de Calificación Numérica (ECN) (sufrimiento) (Davis et al, 2021), y la Escala de Catastrofización del Dolor (ECD) (Smith et al, 2018).…”