“…La figura 2, ilustra cómo a partir de los estudios revisados el concepto de conciliación trabajo-familia se encuentra vinculado a un proceso que parte de la relación existente entre estas dos dimensiones como ejes organizadores de la vida cotidiana, entre los cuales existe una relación bidireccional que puede ser positiva o negativa (Feldman, Vivas, Lugli, Zaragoza, & Gómez, 2008;Román, 2013;Abarca, Letelier, Aravena, & Jiménez, 2016). Cuando la relación es positiva existe satisfacción para el individuo en los dominios de su vida, es decir, se encuentra en equilibrio (Jiménez, Medimburo, & Olmedo, 2011;Riquelme, Rojas, & Jiménez, 2012;Ortega, Rodríguez, & Jiménez, 2013); sin embargo cuando la relación es negativa se hace presente el conflicto entre los roles laboral y familiar, en donde las dificultades encontradas son incompatibles entre ellas de alguna forma, lo cual puede ser generado por variables como el tiempo, el comportamiento o la tensión (Barros & Barros, 2008;Silva, Rossetto, & Rebelo, 2010;Oliveira, Cavazotte, & Paciello, 2013;Aguiar & Bastos, 2013;Wünsch, Lemos, Sander, & da Silva, 2013;Strobino & Teixeira, 2014) (Lapo & Jácome, 2014;Gómez, Perilla, & Hermosa, 2015;Cachutt & Ortiz, 2015;Braun, Vierheller, & de Oliveira, 2016;Pinto, y otros, 2016;Teixeira & Bomfim, 2016;Carlotto, Welter, & Jones, 2017;Montaño, y otros, 2017;Andrade, de Oliveira, Knowles, Neto, & Hatfield, 2018) (Vilela, Lourenço, Kai, & Ávila, 2018).…”