“…En el ámbito del periodismo político se entiende por sesgo la tendencia sistemática a beneficiar a unos actores o posiciones en detrimento de otros, mediante la selección de una fuente que produce información incompleta sobre temas asociados a los mismos -la dimensión de acceso (in)equitativo-o a través de tratamientos editoriales preferenciales o bien desfavorecedores -la dimensión de tratamiento (des)equilibrado- (Fico, Freedman & Love, 2006;McQuail, 1998). Tal práctica cobra una dimensión política importante al constituir una transgresión a las normas de imparcialidad y objetividad del desempeño periodístico, entendida este último como el equilibrio en la presentación de las diferentes facetas de un tema o acontecimiento, neutralidad en tono y forma, contención emocional, separación entre hechos y opinión, y ausencia de segundas intenciones (Christians, Glasser, McQuail & White, 2009;McQuail, 1998;Schudson, 2001).…”