“…Con respecto a su uso como bioindicadores ambientales, especialmente en áreas urbanas, destacan estudios que han tenido en cuenta a taxones de artrópodos depredadores para evaluar la presencia de metales pesados, puesto que al encontrarse en niveles elevados de las redes tróficas los bioacumulan, como es el caso, por ejemplo, de carábidos (Coleoptera: Carabidae) (Avgin y Luff 2010) o arañas (Araneae) (Maelfait y Hendricks 1998). También se han considerado grupos de artrópodos edáficos, de carácter detritívoro o saprófago, que igualmente podrían bioacumular metales pesados al reciclar la materia orgánica en descomposición, como ácaros del suelo (Acari) (Santorufo et al 2012;Manu et al 2018), cochinillas de la humedad (Isopoda) (Pedrini-Martha et al 2012), o colémbolos (Collembola) (Santorufo et al 2012). En medios acuáticos existen estudios similares que contemplan la relación entre la perturbación de las aguas (teniendo en cuenta materiales pesados, sedimentos finos inorgánicos o concentración de oxígeno) y la variación en las poblaciones de diversos taxones de artrópodos, como, por ejemplo, efímeras, tricópteros, plecópteros y dípteros (Ephemeroptera, Trichoptera, Plecoptera y Diptera) (Relyea et al 2000), anfípodos (Amphipoda) y dípteros (Correa-Araneda et al 2010), o simplemente dípteros (Rosi-Marshall 2004).…”