“…Existen muchas críticas dirigidas al sistema de enseñanza, como son la ineficacia, no ser objetivos con la realidad existente, falta de conexión con las necesidades sociales, desinformación entre el mundo del trabajo y la formación que se da actualmente, por ello, hay un interés social de dar cuentas sobre la inversión a través de la evaluación de calidad de programas y recuperar la confianza de los profesionales de la educación, garantizando con ello, la calidad en la orientación (Martínez-Clares, y Martínez-Juárez, 2011). Más investigaciones (Bernardo et al, 2017;Castellanos et al, 2017;Cortés, 2017) proponen nuevos programas o herramientas que permitan facilitar el proceso personal de orientación del alumnado, para dar respuesta a una necesidad que ha ido creciendo cada vez más. De ahí, que todavía las autoridades y gestores educativos no sean conscientes de la gran importancia que es tener una buena orientación académica y vocacional.…”