“…También influye como factores relevantes las experiencias anteriores co el clima escolar, las estrategias curriculares, las didácticas y los métodos de aprendizaje como debates, análisis de casos, dilemas morales, trabajos en equipo, actividades lúdicas y juegos de roles, el fortalecimiento del pensamiento crítico y reflexivo para el desarrollo profesional de la sensibilidad e identidad ética, la motivación moral (Baykara et al, 2015;Davis y Bergen, 2014;de Souza et al, 2019;Edwards et al, 2012;Esquerda et al, 2019;Kaplan et al, 2014;Lloyd-Hazlett y Foster, 2017;Maddineshat et al, 2019;V. S. M. Martins et al, 2020;Nacasato et al, 2016;Ploum et al, 2019;Ranjbar et al, 2017;Solum et al, 2016;Trobec y Starcic, 2015;Yuguero et al, 2019), el sistema familiar, el contexto y la condición socio cultural (Avila et al, 2018;Małgorzata Bronikowska et al, 2019;Davis y Bergen, 2014;Kurbanov et al, 2016;Phillips et al, 2020;Rzymska et al, 2014), las relaciones interpersonales, el acceso a la educación moral, la práctica e identidad profesional (Haghighat et al, 2020;Moreira et al, 2020;Sabatino et al, 2015;Van Stekelenburg et al, 2020), el rendimiento y los logros académicos (Corcoran y O'Flaherty, 2016;O'Flaherty y Gleeson, 2014), las características de la educación inicial, la integración de educación religiosa y moral (O'Flaherty y Gleeson, 2014), la actitud de los docentes y su interés por la formación en ciudadanía, desde la creatividad, la empatía, el diálogo, el respeto y la comprensión de los estudiantes a partir de sus valores espirituales, sentimientos morales e impulso en la toma de decisiones con juicios críticos en ambientes educativos motivadores (Enderle et al, 2018;Kurbanov et al, 2...…”