“…Asimismo, una baja autoestima suele propiciar el auto-rechazo, la insatisfacción y el desajuste personal. Su potenciación incrementaría la resistencia al estrés, actuando como protector ante el riesgo de su aparición y propiciando, consecuentemente, un afrontamiento más efectivo, como ocurre con otros recursos personales (Cabanach, Souto, Fernández-Cervantes y Freire, 2011;Khramtsova, Saarnio, Gordeeva y Williams, 2007;Salami, 2008). Asimismo, y aceptando el paralelismo con el trabajo realizado en el contexto laboral por Menezes, Fernández-Calvo, Hernández-Martín, Ramos y Contador (2006), la mejora de esta dimensión favorecería el compromiso con el desempeño como estudiantes.…”