“…La necesidad de contar con esta información previa para incluir a los compuestos de interés en listas de búsqueda para su detección y análisis target impide el uso de estos sistemas para la búsqueda de otros compuestos que puedan estar igualmente presentes en la muestra a analizar, como metabolitos de plaguicidas, micotoxinas conjugadas, o compuestos de cuya presencia se tiene certeza pero que simplemente no se dispone de los estándares de calibración respectivos. Otros aspectos negativos de este tipo de analizadores son que por tener una resolución de masa unitaria a veces se hace imposible la identificación inequívoca de analitos que presentan transiciones isobáricas [143], que la determinación de un gran número de compuestos es un proceso que insume mucho tiempo, y que el número de transiciones MRM que pueden ser analizadas en una misma corrida está limitado por el tiempo que lleva medir una transición (el dwell time), el ancho del pico cromatográfico, el número de puntos por pico necesarios y la cantidad de analitos que co-eluyen [65,144]. La necesidad de analizar exhaustivamente un número cada vez más grande de residuos y contaminantes ha llevado al desarrollo de espectrómetros de masa de alta resolución como los analizadores de tiempo de vuelo (ToF) y el de trampa iónica orbital (Orbitrap), que permiten hacer screening de compuestos mediante la adquisición de espectros full-scan (escaneo completo) de alta sensibilidad, combinado con una alta exactitud de masa (típicamente <5 ppm), rápida adquisición de datos, con la posibilidad de realizar análisis non-target (no específicos, de compuestos desconocidos) y análisis retrospectivo de compuestos que inicialmente no fueron considerados a partir de los espectros full-scan obtenidos, permitiendo de este modo la determinación, en base a su masa exacta, de casi cualquier compuesto ionizable presente en el extracto de muestra [65,145].…”