Los programas de continuidad de cuidados surgen a finales de los años 70 en EEUU, en respuesta a los problemas detectados durante del proceso de desintitucionalización de los hospitales psiquiátricos. Desde entonces, se han extendido por todo el mundo, con variaciones y peculiaridades según las regiones, convirtiéndose en piedra angular de la atención a las personas con enfermedad mental grave y persistente. En este artículo se revisa el origen de estos programas, su desarrollo a lo largo de más de treinta años, la filosofía que los ha guiado en su devenir, así como los éxitos y fracasos en su desarrollo.