En el debate público sobre la política científica suele afirmarse que el Estado debe financiar la investigación básica en las diferentes disciplinas de manera tal de contar con un reservorio de conocimientos que puedan ser luego aprovechados por la ciencia aplicada y la tecnología para generar impacto social y económico. Esta perspectiva, vinculada al modelo lineal de innovación, ha sido debatida en distintas etapas históricas de la Argentina. Este trabajo se propone contrastar posturas acerca de cuál debe ser el rol de la ciencia básica motivada por la curiosidad en un país periférico. Describe, por un lado, las miradas vinculadas al pensamiento latinoamericano en ciencia, tecnología y desarrollo de las décadas de 1960 y 1970. Posteriormente, analiza de qué manera el declive del modelo lineal y la aparición de las políticas de innovación modifican el escenario de este debate.