“…Por otra parte, durante las últimas décadas, la investigación sobre las bases neurofisiológicas de la conducta humana está produciendo interesantes resultados sobre los impactos diferenciales de los buenos y los malos tratos -en un espectro amplio de registro-en los sistemas corticales y nerviosos, así como sobre las bases hormonales que se encuentran implicadas en las respuestas a situaciones estresantes. Esta línea de investigación respalda la existencia de desregulaciones en el organismo, excitatorias o inhibitorias (como son, por ejemplo, el hiperarousal, el freeze o la inmovilidad tónica), que ayudan a explicar conductas condicionadas por el trauma (Siegel, 2011(Siegel, , 2012Bados et al, 2015;Bessel van der Kolk, 2017;Porges, 2018;Redolar, 2019). Bajo esta perspectiva, bloqueo, huida o desconexión son planteados como mecanismos de respuesta ante situaciones de amenaza o peligro graves, como lo es una agresión sexual, con sus correspondientes procesos endrocrinofisiológicos concatenantes.…”