“…En el mismo sentido, es pertinente recuperar lo que Pablo Gentili (1997) denomina privatización ideológica o simbólica y que consiste en la construcción de la representación de que lo privado es mayoritariamente bueno; bajo esta lógica se han expandido como nunca las políticas de acreditación y evaluación de docentes, investigadores, resultados, instituciones y carreras, con criterios tecnocráticos que aplican en las universidades públicas, al tiempo que los criterios del New Management dominan los procesos de gestión. Por otra parte, hacia finales del siglo XX, Geoff Whitty apuntaba a las distintas dimensiones del fenómeno de privatización de la educación superior, que abarcan tanto la provisión de educación, las fuentes y distribución del financiamiento, la definición de los contenidos de la formación, la producción de conocimiento y la circulación del conocimiento, y la regulación del trabajo en la universidad, entre otros (Whitty, Power, Halpin, 1999;Saforcada, Rodríguez, 2019).…”