Los tumores malignos del esófago (adenocarcinoma y tumor de células escamosas) constituyen el grupo de neoplasias cuya incidencia ha experimentado un más rápido crecimiento en países occidentales 1, 2 . Sobre estos tumores se suelen plantear intervenciones terapéuticas consistentes en resección quirúrgica en bloque, quimio/radioterapia combinadas seguidas o no por resección o bien tratamiento endoscó-pico paliativo. Una nueva opción en algunos casos, es la posibilidad de curar estas lesiones cuando todavía se encuentran en una fase inicial, mediante procedimientos endoscópi-cos ablativos, incluyendo la resección mucosa [3][4][5][6][7]