“…Haight (1983) expresa que hay desacuerdo acerca de qué paradigma venimos y a qué paradigma hemos llegado, más allá del acuerdo general en criticar los modelos mecanicistas, lineales, que adolecen de una contextualización histórica, y propone investigar acerca de la comunicación interpersonal, vinculando la actividad investigadora con las necesidades sociales. Esta necesidad es vigente treinta años después, en un contexto donde, a pesar de que las formas de comunicación interpersonal se han multiplicado a través de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y la conexión a Internet sin cables, las personas están conectadas, pero solas (Turkle, 2011), en un momento en el que es necesario incorporar metodologías que permitan identicar los problemas de los ciudadanos para formar parte activa de los contextos de los que participan (Gómez-Diago, 2017), en el que cada vez hay más desigualdades sociales y en el que muchos puestos de trabajo pueden ser ya realizados por robots (Drum, 2017). Stevenson (1983) reere como variable independiente un paradigma dominante en la investigación en comunicación que corresponde al sistema de emisión #que suele ser comercial#, y que entiende la actitud del público como variable dependiente, caracterizada como funcional o disfuncional.…”