“…Además, deja claro que esta "justicia distributiva" debe llegar a transformarse en una serie de valores públicos (Bozeman y Sarewitz, 2005) con miras a consolidar una ciencia democrá-tica, que tome en consideración los problemas y las visiones de "los de abajo" (Woodhouse y Sarewitz, 2007) y donde la comunidad político-científica (Granados y Viales, 2013) (conjunto de actores políticos que formulan políticas científicas y tecnológicas, y que toman decisiones en esta materia) considere el criterio de los científicos como expertos (Viales, Arellano y Granados, 2012), para construir políticas de alcance nacional, regional y local (Bhushan, 2015 Si bien, la relación entre Ciencia y Sociedad es intrínseca, lo que sí ha cambiado es la historicidad de la relación, es decir, la manera en que se han vinculado ambos campos y la forma en que se ha interpretado esa relación, en distintas épocas y en espacios históricos diferentes.…”