El origen del presente artículo se sitúa en los ataques contra el patrimonio histórico y artístico del año 2020, tras la muerte de George Floyd en los Estados Unidos de América. Se mezclan aquí fenómenos como la iconoclasia, el vandalismo, la justicia social y la memoria histórica ejercidos desde la aplicación de una reevaluación de la historia y el patrimonio presentes en el espacio público que se traslada a las redes sociales. Aplicando la metodología del estado de la cuestión, analizamos los fenómenos referenciados previamente, abordando cuestiones como la agencia material que mueve a actuar violentamente sobre estos símbolos y emblemas. Se propone una educación artística y patrimonial para futuros docentes, desde un enfoque intercultural como contexto de sensibilización individual y colectiva para la comprensión de una memoria histórica conjunta. Un significado del uso didáctico de las imágenes que también debe servir para analizar fenómenos sociales y culturales, formando en el respeto al pasado y la historia, en este caso, en términos artísticos, patrimoniales e interculturales.