“…Durante la pandemia de COVID-19, lo que ocurrió en Chile fue similar a lo que sucedió con las minorías asiáticas (en muchas ocasiones referidas como "orientales") en otros lugares, donde la sociedad volvió a caer en sus peores patrones de prejuicio (Wang, Chen, Li, Luu, Yan y Madrisotti, 2020). A pesar de que es posible encontrar esfuerzos de cineastas, escritores, artistas y músicos chilenos que desafían las dicotomías, problematizando la identidad nacional o "étnica" chilena (ver Chan y Montt Strabucchi, 2020a), la pandemia de COVID-19 fortaleció las ideas sobre las personas chinas y lo chino en general como algo externo a Chile, revelando la naturaleza frágil y superficial de los recientes intentos sancionados por el gobierno de articular a Chile como una nación global, multicultural y diversa (Chan y Montt Strabucchi, 2020b, p.15). La pandemia global de COVID-19 ha provocado el resurgimiento de viejos discursos racistas e ideas que ubican a los chinos o asiáticos de manera similar al pasado, asociadas con la suciedad y amenazando la democracia y la libertad "occidental" de Chile.…”