“…Las investigaciones al respecto, han encontrado que entre los aspectos que subyacen a las acciones que los cuidadores emplean para cuidar-se, se relacionan las formas en cómo se llegó a asumir este rol, es decir, si fue una elección u obligación, lo que también va a repercutir en otros aspectos como la oferta de cuidados (17,50,57), y el apoyo social, pues recibirlo se va a convertir en una oportunidad para recuperar los roles sociales y la calidad de vida, en tanto esto les permite a los cuidadores tiempo de descanso, en ese sentido ejecutar actividades para el propio bienestar, lo que disminuye la experiencia de sobrecarga y demás repercusiones negativas para la salud que el desempeño de esta labor puede acarrear (25,46). Mientras que no encontrarlo, puede suponer desánimo, falta de motivación, enfado, estrés e impaciencia en el desempeño de la labor, lo que puede propiciar que el cuidador padezca enfermedades crónicas, en ese sentido, se puede convertir en un agente generador de daño para la persona cuidada (16,37,46,48,51).…”