“…Este incremento en las correlaciones se puede explicar por la apertura de la economía nacional (gatt y tlcan, principalmente), lo que llevó a una creciente integración vertical de los procesos productivos de estos países mediante flujos cada vez mayores de inversión extranjera en México y, como consecuencia, a un aumento sostenido del comercio exterior, en especial del tipo intra-industrial (Albarrán y Mejía, 2020;Chiquiar y Tolbar, 2019;Pérez, 2019). Como resultado, los choques que ha experimentado la economía estadounidense se han transmitido rápidamente a la mexicana, provocando una sincronización cada vez mayor de sus ciclos económicos, en particular desde el último tercio de la década de 1990 (Sosa, 2008;Mejía, Gutiérrez y Pérez, 2006;Loría y Salas, 2015;Mejía Reyes, Díaz Carreño y Vergara González, 2017).…”