“…Son varios los trabajos que han destacado la necesidad de atender las posibilidades y desafíos que acompañan a esta concepción de paz territorial (Cairo et al, 2018;Estupiñán, 2018;Rodríguez Iglesias, 2020), y no solo con base en procesos socioeconómicos e institucionales, sino igualmente atendiendo a la recomposición del tejido social, la promoción de la reconciliación y culminación del proceso de dejación de armas y la reincorporación plena a la vida civil (McFee y Rettberg, 2019;Mouly et al, 2019). Esto, en tanto que, igualmente, la participación política del partido resultante de las extintas FARC-EP, la dejación de armas y el tránsito pacífico a la ciudadanía, la superación del problema de las drogas ilícitas o el componente de víctimas previsto en el Acuerdo responden a una mirada territorial desde el nivel local que explica la importancia de los trabajos académicos que entre 2016 y 2020 se han centrado en reflexionar y problematizar las posibilidades reales de una verdadera paz territorial en Colombia (Lemaitre y Restrepo, 2019;Ahumada, 2019;Cairo y Ríos, 2019;Le Billon et al, 2020).…”