“…La actividad de los docentes y, particularmente de los docentes universitarios, se encuentra con nuevos y persistentes desafíos, tales como la masificación de las aulas, las altas tasas de reprobación y deserción, la formación en competencias para el futuro, entre otros (Echeverría Samanes, & Martínez Clares, 2018;González-Arias & Martínez-Molina, 2016). Numerosos factores estratégicos, motivacionales y afectivos del estudiante han sido identificados como causas o condicionantes de los procesos de aprendizaje y sus resultados (Curione, Gründler, Píriz, & Huertas, 2017;Dominguez-Lara, Calderón-De la Cruz, Alarcón-Parco, & Navarro-Loli, 2017;Dominguez-Lara & Merino-Soto, 2018;Sánchez-Rosas, Aguirre, Bovina-Martijena, & Galarza, 2019). Aun cuando estos factores estén ligados a la experiencia estudiantil, los docentes se preocupan por determinar hasta qué punto pueden im-plementar prácticas que atenúen los efectos de los mismos en los resultados de aprendizaje.…”