“…En esta línea, como lo indica Rohner & Carrasco (2014), el afecto físico, verbal, simbólico, reflejan la dimensión de calidez y aceptación de los padres o cuidadores principales. Estas conductas de aceptación parental produce: una autoestima más alta y bienestar psicológico (Cerezo, Casanova, De la Torre & Carpio, 2011;Darling & Steinberg, 1993;Oliva, Parra & Sánchez-Queija, 2002;Steinberg & Silverberg, 1986), un mejor ajuste escolar o competencia académica (Im-Bolter, Zadeh & Ling, 2013;Mounts & Steinberg, 1995;Steinberg, Lamborn, Dournbusch & Darling, 1992), asociaciones significativas con altos niveles de competencia social y ajuste psicológico (Carillo, Ripoll-Núñez & Cabrera, 2009;Torío et al, 2008;Tur-Porcar, Mestre, Samper & Malonda, 2012), un menor consumo de sustancias tóxicas en los hijos (Barhr & Hoffman, 2010;Becoña et al, 2013;Calafat, García, Juan, Becoña & Fernández-Hermida, 2014;Parra & Oliva, 2006), una menor presencia de problemas de conducta según refieren (Aunola, Stattin & Nurmi, 2000;Pelegrina, García & Casanova, 2002).…”