“…En esta medida, organismos internacionales y gobiernos de varios países plantean acuerdos, leyes y decretos que propenden por el establecimiento de prácticas educativas inclusivas acordes a los derechos de todas las personas (Soto, 2007;Novo-Corti et al, 2015;Mora et al, 2020;Baez & D' Ottavio, 2020). En este marco, la situación de las personas con discapacidad ha cambiado debido a la resignificación de su rol en la sociedad, posibilitando así su participación en múltiples contextos (Soto, 2007;Sanhueza et al, 2012;Polo & Aparicio, 2018;Beltrán et al, 2015;Verdugo et al, 2020;Mora et al, 2020;Córdoba-Andrade et al, 2021). Dentro de este panorama, educar en la diversidad implica reconocer las características individuales de cada sujeto, considerando que la inclusión no alude únicamente a la discapacidad, sino a todas las particularidades de los seres humanos, incluyendo factores culturales, económicos, sociales y religiosos (Bravo, 2013;Darretxe et al, 2020).…”