“…Además de representar una invasión rápida (Ruttenberg et al, 2012), según Sutherland et al (2010), la considera entre los problemas que más afectan la conservación de la diversidad biológica en el Caribe. Esta especie alcanza mayores tallas y densidades poblacionales en sus nuevas áreas, que en las nativas debido a su alta tasa reproductiva (Gardner et al, 2015), a la ausencia de depredadores (Darling et al, 2011), a su habilidad competitiva con especies nativas (Albins, 2013) y al apetito voraz, siendo un consumidor generalista (Valdez-Moreno, Quintal-Lizama, Gómez-Lozano, & García-Rivas, 2012). Los impactos derivados de su presencia en los arrecifes del Atlántico van desde la reducción en el reclutamiento de peces hasta un 79 % y una disminución en la biomasa de 65 % (Albins & Hixon, 2008;Green, Akins, Maljković, & Côté, 2012).…”