“…Es decir, la ambientación musical no es una decisión arbitraria, sino que parte de una información anterior que se nos ha cedido, como podría ser un briefing en el caso de la publicidad. Y es que la música es, del mismo modo, una herramienta muy eficaz en términos de recuerdo y reconocimiento de marca (Idrovo-Zambrano, 2017), Por tanto, el proceso de selección de la música, ya sea el género de música, el carácter de la pieza, las emociones que se desean transmitir, etc., tiene que ser acorde con esa información previa para continuar con la estrategia que se desea y, sobre todo, conseguir los objetivos marcados (Ruth y Spangardt, 2017). En esta línea, de acuerdo con los estudios de Gorn (1982) y Olsen (1995), el efecto recuerdo puede influir en la preferencia de una marca anunciada con música respecto a otra sin música, pues se consigue un crecimiento del atractivo y se refuerza la disposición para retener el producto, la marca (Calderón, 2015).…”