“…Por otro lado, estas empresas desarrollan actividades sociales de RSE para mostrar a las partes interesadas, internas y externas, su comportamiento razonable y equitativo, buscan relaciones y posicionamiento a largo plazo, contribuir con los objetivos estratégicos y aportar a las siguientes generaciones en el desarrollo de la empresa (Pütz et al, 2022;Cárdenas et al, 2019;Mariani et al, 2021). Santa et al (2021) indican que las prácticas sociales de RSE en las empresas familiares requieren regulaciones, resoluciones y decisiones pertinentes, tomar en cuenta el entorno innovador, saber gestionar riesgos, buscar relaciones mutuamente beneficiosas, fijar objetivos, evaluar el desempeño y, por último, dar el valor a la información por medio de las relaciones entre las partes (Tokarčíková et al, 2015). Por consiguiente, las empresas familiares no deben solo enfocarse en un manejo eficiente de los recursos financieros, económicos y ambientales, sino también valorar y proponer en su visión y misión las necesidades humanas, disponer de posiciones competentes ante posibles transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales, y encaminar así la empresa en la sostenibilidad empresarial (Cárdenas et al, 2019), con el fin de crear una ventaja competitiva sostenible desde la visión de la gestión estratégica.…”