“…El incentivo por encontrar instrumentos convenientes para la investigación no es nuevo (Rada, 2004;Lizárraga & Nava, 2008;Quevedo., et al 2017;Cedeño & Chávez, 2020;Salvador., et al 2021), pero en el estudio que se realiza, la obtención de datos directamente del migrante y la forma en que se emplee dicha información tienen que satisfacer una serie de parámetros sociales y éticos importantes si se quiere llegar a una solución del tema del migrante en su relación con la formación de los niños y adolescentes que llegan a un país diferente al de origen. Se han diseñado diversos instrumentos para valorar el tema en general (Consejo Noruego para Refugiados, 2018; Barbieri., et al 2020), pero no se han encontrado estudios, focalizando el fenómeno desde la relación de este tema con la legalidad del país que los acoge y el desarrollo humano del inmigrante.…”