Este estudio examina la implementación de la economía circular en países emergentes, destacando su capacidad para reformar prácticas económicas y ambientales mediante la reutilización, reparación, remanufacturación y reciclaje de materiales. Utilizando una metodología comparativa, el análisis se enfoca en diversas estrategias nacionales para integrar energías renovables, fomentar el diseño sostenible y desarrollar modelos de negocio innovadores como el "producto como servicio". Los resultados indican una variada aplicación de estas prácticas, desde la producción de bioenergía en Brasil hasta la minería urbana en China, mostrando avances significativos hacia la sostenibilidad y eficiencia en el uso de recursos. Las conclusiones resaltan la importancia de la cooperación internacional y el aprendizaje mutuo para fortalecer la adopción global de la economía circular, lo que potencialmente mejora la resiliencia y competitividad económica de estos países. Este trabajo aporta al ámbito académico y sirve como guía práctica para decisores políticos y líderes empresariales en la transición hacia economías más circulares y sostenibles.