Introducción: El envejecimiento demográfico implica nuevos retos para el cuidado de enfermería, en especial, demanda competencias humano-sociales que se diluyen en el marco de la prevalencia de un modelo médico-hegemónico. Los adultos mayores deberían vivir con dignidad, libres de violencia, discriminación y explotación, además, ser valorados independientemente de su contribución económica al hogar. Sin la existencia de los derechos humanos, el anciano podría generar sentimientos de aislamiento, minusvalía y soledad, los cuales afectarían tanto su bienestar físico como psicológico. Por ende, es necesario fortalecer las competencias de los profesionales en salud en materia de protección y defensa de los derechos fundamentales de este grupo vulnerable.
Objetivo: Reflexionar sobre el fortalecimiento y desarrollo de competencias profesionales de protección y defensoría de los derechos humanos en el cuidado gerontogeriátrico.
Desarrollo: Se ha documentado que en el transcurso de la formación profesional comienza el fenómeno de deshumanización y rutinización del cuidado. La vejez como cambio biológico es invariante, por ende, algunas necesidades biológicas, junto con demandas psicosociales y espirituales de este grupo suelen asumirse como intrascendentes. Reforzar la enseñanza del cuidado en enfermería a partir de una filosofía humanista, defensora de derechos humanos, constituye un importante desafío para las instituciones de educación y salud.
Conclusiones: Es urgente retomar el carácter humano y ético que enmarca el cuidado profesional del anciano, individuo biopsicosocial a quien se le debe asegurar un trato digno, con derecho a una adecuada calidad de vida y el resguardo de sus derechos humanos desde la sociedad, la familia y la profesión.