“…Además, como parte de la política de reducción de daños, se han puesto en marcha salas de consumo higiénico (SCH) para consumir sustancias sometidas a fiscalización (heroína y cocaína), obtenidas en el mercado ilegal, en las que se garantiza un lugar y el material para el consumo higiénico, la supervisión y asistencia de profesionales en caso de sobredosis u otras complicaciones, y la promoción de hábitos saludables para reducir la morbimortalidad del consumo de drogas (2,5,6,7,8,9) . Las SCH brindan un acercamiento de los usuarios a servicios de atención social y de salud, y disponen de zonas de "Calor y café" para atender sus necesidades básicas de higiene, alimentación y descanso (2,5,8) . Además, son dispositivos que mejoran el orden público, reduciendo la conflictividad comunitaria, las infracciones del consumo en vía pública y el número de jeringuillas y otras parafernalias abandonadas en lugares públicos (5,8,10,11) .…”