“…El impacto inicial activó las defensas proximales de naturaleza racional, fijando la atención en el propio estado de salud y atender al mismo tiempo preguntas sobre la muerte o pérdida de alguien significativo, aunado a las defensas distales sostenidas en una visión cultural del mundo y una evaluación trascendente y significativa de la participación personal y social (Pyszczynski et al, 2015b) en la cultura y sus valores (Lara y Osorio, 2014). La recuperación del bloqueo inicial puede estar asociada con la trivialización de la propia vulnerabilidad a la muerte (Arndt et al, 2004;Pyszczynski et al, 1999Pyszczynski et al, , 2015a, ya que en México se han desarrollado distintos rituales de evitación y ocultamiento para la autopreservación frente a este tema que dan una perspectiva colectiva de la muerte como un suceso poco temido y no traumático (Campos y Espinosa, 2016;Mondragon-Sanchez et al, 2020). Es importante tomar en cuenta que eventos que pongan en riesgo la mortalidad de los humanos, y que mantengan a flor de piel los pensamientos acerca de la propia muerte, requieren un mayor esfuerzo colectivo para evitar los sentimientos negativos que derivan de estos (Campos y Espinosa, 2016).…”